Ni el chocolate me sabe mas dulce que tus deliciosos labios



martes, 21 de febrero de 2012

CAPITULO 99: SOLO A VOS



Entro a la habitación y se quedo algo confundida y con más miedo que antes, no entendía lo que estaba viendo ¿Qué significaba aquello?

Emilia: ¿Qué haces?

Nicolás al escuchar la voz de Emilia dejo de meter la ropa adentro de la maleta y se voltio. Pero tras un momento de verla volvió a lo que estaba haciendo como si nada hubiera pasado.

Nicolás: estoy preparando mi bolso…
Emilia: ¿pero porque? – interrumpiéndolo.
Nicolás: me salio un viaje de trabajo de improviso a España, pero solo es por medio día así que salgo esta noche y mañana a la tarde estoy de vuelta – dijo algo cortado.
Emilia: ¿te tenes que ir si o si?
Nicolás: si Emilia – con un suspiro de cansado.
Emilia: ¿Emilia? Vos nunca me llamas así,
Nicolás: ¿así te llamas o no? – irónico.
Emilia: si, pero no me llamaste así ni el día en que nos conocimos ¿Qué te pasa mi amor?

Nicolás dejo de hacer lo que estaba haciendo y puso sus manos en el bolso y tiro su cabeza para adelante – Nicolás le daba la espalda a Emilia – y suspiro profundamente.

Nicolás: ¿encima tense la cara para preguntarme que me pasa y decirme “mi amor”? – alzando solo un poco la voz.
Emilia: ¿Qué… que decís Nico?
Nicolás: sos una caradura, no puedo creer que me allá casado co alguien como vos – y se dio vuelta.

Emilia podía ver perfectamente los ojos de su marido, estaban tristes, enfurecidos, dolidos, con desprecios; mostraba como luchaba con una mezcla de sentimientos.

Emilia: ¿Por qué me decís eso? ¿Por qué me tratas así? – con lagrimas en sus ojos y muy dolida por sus palabras.
Nicolás: ¿queres que te diga porque te trato así? ¿Es necesario?

A ella se le formo un nudo en el medio del estomago, no entendía nada ¿acaso se había enterado? ¿Pero como?

Emilia: ¿de que… de que hablas?
Nicolás: de cómo faltaste a la promesa que me hiciste en la iglesia el día de nuestro matrimonio, enfrente del cura, enfrente de dios y cientos de invitados que fueron nuestros conocidos. Esa promesa que al arecer para vos o significo nada – mirándola duramente.
Emilia:… - lloraba solamente, su peor temor estaba ocurriendo.
Nicolás: ¿Qué pasa que no decís nada? ¿Ya te acordaste de lo que hiciste?
Emilia: yo… yo te puedo… explicar… - cortada por el llanto y a lo último por Nicolás.
Nicolás: yo no necesito que me expliques nada. ¿Qué me vas a explicar? ¿Qué garcha mejor que yo? ¿Qué preferías a uno más joven? Y encima con el hijo de mi mejor amigo – pasándose la mano por la cabeza - ¿o que te enamoraste?
Emilia: no, no Nico yo solo te amo a vos – llorando a mas no poder – déjame expli…
Nicolás: no – lo dijo muy tranquilo – no te quiero escuchar y como se que no voy a pensar  bien las cosas y puedo llegar a hacer cualquier cosa lo mejor va a ser que me valla hasta que este en frío.
Emilia: ¿por eso te ibas a ir?
Nicolás: no – terminando de cerrar el bolso con algunas ropas – yo no e mentí – indirecta – mañana si tengo una reunión importante a la que no puedo faltar, pero lo mejor va a ser que me quede unos días allá.
Emilia: ¿Cuántos días?
Nicolás: ¿acaso queres llamar a tu amante para que te haga compañía?
Emilia: yo termine todo con el te lo juro – llorando.
Nicolás: si eso se noto perfectamente ayer cuando se besaban en medio de la plaza, justo la cual queda enfrente de la casa donde estaba tu hija menor – dijo con ironía y una mirada mas fría que el hielo.
Emilia: yo te puedo explicar él…
Nicolás: en este momento lo que menos me interesa es tu relación con ese hijo de put… - tomando su bolso y saliendo de la habitación y bajando la escaleras, mientras Emilia le seguía – y capaz este tres o cuatros días fuera, cualquier cosa después aviso para que mis hijos no se preocupen – se dio vuelta antes de salir por la puerta principal para mirarle a los ojos – y cuando vuelva vamos a hablar.
Emilia: mi amor yo – pero no pudo terminar la frase ya que Nicolás ya había salido – te amo solo a vos, perdóname por favor – lo dijo ya sola mientras se dejaba caer contra la puerta.

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