CAPITULO 168: MANOS TOMADAS

Capitulo ciento sesenta y ocho:

Claro que aquí hablaban de cosas comunes de hombre, como deportes, como se hace el asado, el trabajo o/y estudio. Y por lo que se hacia mas complicado mujeres, pero este tema ninguno se atrevió a mencionar excepto de Vico que contaba lo sorprendido que estaba al ver lo tigresa que podía ser su flaquita.

La situación se vio aun mas tensa cuando estuvo lista la comida, ya que apenas podían verse Nicolás y Emilia. Recordando como la llegada de julia y luz interrumpió el acercamiento que ambos sabia se hubiera convertido en beso. Mientras ella se aparto con las mejillas coloradas al darse cuenta lo que estuvo punto de hacer, el al ver acercarse a la mujer y a su hija puso una escusa tonta para irse rápidamente.

Desde ese día no había vuelto a la casa alegando que tenía mucho trabajo atrasado, hasta ese día que había prometido a sus hijos estar, y esta vez no podía fallarles.

 Estaban todos ya sentados en el quincho http://www.edilizia.com.ar/resources/original/Quincho%202%20Final.jpg y comenzando a comer y charlar.

Gas: así que candelita sabe como atacar – sonriendo a su prima.

Can: yo no ataque nada, solo defendí lo mío.

Vico: ¿así que soy tuyo? – pregunto divertido.

Can: si – dándole un pico.

Nicolás: bueno eh, los arrumacos no es necesario.

Poli: la verdad que demasiadas muestras de cariño.

Can: y digo ¿No pensaron que se debe a que es  mi novio y lo amo?
Emi: no les hagas caso cariño. Siempre son así de celosos.

Nicolás/poli: YO NO SOY CELOSO.

Luz: claro que lo son.

Rochi: gas no es celoso.

Emi: no Gastón salio a mi, al igual que Peter, ninguno es celoso, al principio.

Rochi: ¿al principio?

Emi: es que ellos dos no lo demuestran, pero pueden llegar a ser muy posesivamente celosos.

Rochi: mmmm mira vos lo que me vengo a enterar.

Gastón: bueno pero no tengo ningún motivo para ponerme celoso porque se que sos mía.

Vico: ajaja ahora veo que es de herencia lo posesivo.

A todo esto Lali y Peter, quienes estaban sentados juntos, se tomaban de la mano bajo la mesa, sin poder decir ninguna palabra en la conversación familiar.

El ambiente era extraño por momentos tensos y por otros momentos parecía haber vuelto a la normalidad.

En eso se escucha el timbre de la casa sonar.

continuara...