Ni el chocolate me sabe mas dulce que tus deliciosos labios



martes, 20 de marzo de 2012

CAPITULO 161: NECESIDAD


Capitulo ciento sesenta y uno:


Y así ambos estuvieron abrazados nuevamente, en completo silencio. Recordando lo que había pasado ese día en que los dos se volvieron novios aun sabiendo que eran hermanos

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Lali: no se Juan pedro – ya cansada de que la llame con su nombre
Peter: y si no sabes ¿que queres que te diga?
Lali: no me trates así – con los ojos llenos de lágrimas.
Peter: lo siento si te hago mal. Pero no encuentro otra forma de acercarnos, estoy no es para nada fácil y pasa lo difícil.
Lali: no lo soporto, no quiero estar así con vos Peter me hace mal, me siento vacía, no aguanto esta situación.
Peter: no se que hacer mariana

Ambos estaban demasiados abrumados y confundidos, ninguno estaba preparado para algo así, ya que no era un tema del que hayan oído o visto alguna vez. Ellos al igual que los demás no estaban preparados para enamorarse de su hermano.

Peter se sentó y puso su cabeza dentro de sus manos. Estaba agotado mental y sentimentalmente, trataba de ser fuerte de buscar la mejor salida pero no encontraba ninguna que lo ayudara en su situación.

Peter: ya no se que hacer.

Al verlo así en esa forma tan vulnerable Lali se sintió mal, lo que ella menos quería era verlo así. No podía ni quería verlo así, tan angustiado, sin saber que rumbo tomar. Pero mentiría si dijera que ella no esta de la misma forma.

Lali: pipu no estés mal. No quiero verte mal, me hiere.

Lo que dijo tomo por sorpresa a ambos pero la morocha no pudo evitar abrazarlo después de haberlo llamado así.

Ese abrazo fue el mas necesitado de la vida de los morochos, sus amigos los habían abrazados tratando de alguna forma consolarlos por el hecho de que se hallan enterado de que estaban teniendo una relación de pareja con su hermano son saberlo.

Pero ese abrazo era distinto a todos, se podían sentir igual a igual, no era de consuelo sino de necesidad del contacto con el otro.

Así estuvieron un muy largo tiempo aunque ninguno de los dos estaba conciente del tiempo, del lugar y mucho menos querían tener conciencia de quienes eran.

Todo era confuso y doloroso, pero el solo poder estar juntos de esa manera era como un alivio, unas gotas refrescantes de agua en medio del mas despiadado desierto, que para ellos ese desierto era la vida que les toco.

Cada vez sus cuerpos se complementaban mas, se unían mas, tratando de no dejar ningún espacio libre. Era como si era imprescindible el cubrirse con la piel del otro. Sus respiraciones al igual que sus corazones se iban acelerando cada vez más.

Era como un magnetismo que ambos tenía y se producía nomás cuando estaban el uno con el otro, así de juntos, de cerca.

Ese abrazaron tan sentido se les iba de las manos, ya que las manos de ambos comenzaba a acaricias de forma muy tierna al otro, pero de pronto esto no bastaba para ninguno.


continuara...

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